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El Bolillo preso de sus palabra, se juega su presencia en Panamá

Dicen que el hombre es preso de sus propias palabras y el técnico Bolillo Gómez se juega el honor de las suyas este martes cuando la selección nacional de fútbol se mida a Trinidad y Tobago por la octava fecha de la hexagonal de la Concacaf.

El Bolillo Gómez lo dijo en caliente en la conferencia de prensa y lo ratificó un día después que si no le gana a Trinidad y Tobago en el Rommel Fernández renunciará a su cargo.

Lo anunciará o no, la realidad es que si Panamá no gana este martes se acaba el famoso sueño mundialista y por ende la razón de ser del contrato del Bolillo Gómez con la Federación Panameña de Fútbol que es clasificar al Mundial de Rusia 2018. Viéndolo así poca osadía tienen las palabras del DT, ya que no habría otro camino que el final de su era al frente de la Marea Roja.

Hasta ahora el camino de la selección nacional en la actual hexagonal es muy parecido al de la pasada edición. En el 2013 se le achacó a Julio Dely Valdés su falta de experiencia como técnico. Con todo y eso Panamá estuvo al borde de llegar al repechaje mundialista.

La llegada del Bolillo suponía precisamente ese toque de experiencia que hizo falta hace cuatro años y le quedan tres partidos para demostrarlo o fracasará de igual forma con experiencia o no.

Algo cierto dijo el DT, si no le ganamos a Trinidad y Tobago ¿cómo vamos a ir a un Mundial? La actual hexagonal está repitiendo algunos patrones. Todos los equipos le han ganado a los trinitenses en su casa, menos Panamá, así como en la pasada todos ganaron en Jamaica, menos Panamá.

Este martes en el Rommel, el Bolillo debe sacar a relucir sus experiencia y hacer que Panamá gane sino sus palabras se cumplirán por si solas y el miércoles deberá ir rumbo a su natal Colombia.

Panamá ha tenido la opción de ir mejor en la actual hexagonal pero no ha aprovechado los escenarios. Mucho está costando la derrota en Puerto España y el empate casero ante Honduras, nuestros rivales directos.

Por errores del técnico o por fallas puntuales de los jugadores para definir las opciones de gol; Panamá se ha metido sola en la situación angustiosa que está.

Ahora le toca hacerla a la brava para poder seguir con vida. Todavía le queda un poco de oxígeno, pero si vuelve a fallar en casa quedaría en estado de coma.

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