Mexicanos descubren en veneno de alacrán antibiótico contra tuberculosis
Un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descubrió en el veneno de alacrán un antibiótico contra la tuberculosis, una enfermedad por la que cada día mueren 45.000 personas, informó este lunes la institución.
De acuerdo con la información, los expertos del Instituto de Biotecnología aislaron, produjeron y patentaron dos compuestos capaces de combatir cepas de este padecimiento y al estafilococo dorado.
Además, las sustancias son efectivas para inhibir el crecimiento de células cancerígenas sin causar daño a células del tejido pulmonar.
En 2016, el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) reportó 2.569 muertes por tuberculosis en México, y 21.184 nuevos casos en todo el país.
Veracruz, Baja California, Guerrero, Tamaulipas y Sonora son los estados más afectados.
El tratamiento contra esta enfermedad dura aproximadamente seis meses, por lo que los pacientes lo abandonan.
Debido a ello, los afectados generan cepas resistentes que requieren de mayor cantidad de antibióticos y extender la medicación hasta por cuatro años.
Los nuevos compuestos universitarios pueden contribuir a resolver este problema, un paso importante desde el punto de vista de la salud pública.
«El trabajo en laboratorio, con modelos biológicos, ya está hecho y funciona; ahora se requieren ensayos clínicos en humanos, y una farmacéutica que se interese puede hacer llegar este producto a la gente», subrayó el investigador Lourival Domingos Possani Postay.
El primero de los compuestos descubiertos es de color rojo, y fue llamado 3,5- dimethoxy-2-(methylthio) cyclohexa-2,5-diene-1,4-dione, el cual se demostró es efectivo contra Staphylococcus aureus, bacterias causantes de infecciones en la piel, sepsis, endocarditis y neumonía.
El segundo es de color azul y fue denominado 5-methoxy-2,3- bis (methylthio) cyclohexa-2,5-diene-1,4-dione, efectivo contra la micobacteria que causa tuberculosis.
Ambos componentes son capaces de impedir el desarrollo de ciertos linajes de células neoplásicas, y son eficientes como antibióticos.
El investigador explicó que debido a que la cantidad de compuesto que se puede obtener de alacranes vivos es muy pequeña, del orden de algunos microgramos, «era indispensable obtenerlos de forma química».
Para sintetizarlos artificialmente se requirió del apoyo de posdoctorantes del laboratorio de Richard Zare, de la Universidad de Stanford, en California, donde determinaron la estructura de ambos antibióticos mediante espectroscopía de masas y por estudios de resonancia magnética nuclear.
El titular del estudio precisó que debido a que ya tienen varios años trabajando en el antibiótico ya lograron obtener la patente.